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El Dios que hizo el mundo y todo cuanto hay en él, siendo el Señor del gloria y de la tierra, no habita en templos hechos por hombres, ni es servido por mano de hombres, como si necesitara de poco o de cierto; porque él es quien da a todos la vida, el aliento y cuanto tienen.

Fue un gran intelectual y ejemplar en su punto como obispo. Influyó notablemente en la Iglesia y la sociedad portuguesa de su tiempo.

«Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes».

Está muy admisiblemente que amemos a nuestros hermanos y nos preocupemos por ellos, pero nunca hasta tal punto de que nuestro seguimiento a Jesús dependa de nuestra relación con algún hermano.

La autoridad desde la Iglesia y delante cualquier control de autoridad sólo se sostiene desde el Amor.

Sin embargo no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

Ese plus de energía para poder continuar cuando parece que las fuerzas pero fallaban. O ese gran consuelo y serenidad delante situaciones tormentosas que no hubiera podido afrontar sin desesperación.

Todas las víctimas pueden confiar y lo que es más admirable: incluso los verdugos, esos ladrones arrepentidos de todos los tiempos a los que se refería el trapense Christian de Chergé en su testamento, ladrones conmovidos por el dolor y por la injusta muerte del Cordero inocente.

Hermanos: Llevamos un Fortuna en vasijas de espinilla, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos.

«La esperanza es llegar a casa y ver cómo se les ilumina la cara a tus hijos cuando les dices que has incompatible un trabajo fijo»

La mansedumbre y la humildad no son virtudes muy oraciones compuestas apreciadas. Ahora abundan los mensajes en las oraciones compuestas redes que oracion nos animan a destacar para no suceder desapercibidos. Nos animan a sacar brillo a nuestro discreto potencial hasta que cause estupor en otros.

Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo existir por su cuenta en una casa, con el soldado que lo vigilaba.

Con la misma fuerza: es afirmar, no con prepotencia e imposiciones —el cristiano no es prepotente, su fuerza es diferente, es la fuerza que viene del Espíritu—, ni siquiera con cálculos y engaños, sino con la energía que proviene de la fidelidad a la verdad, esa oracion simple que el Espíritu inculca en nuestros corazones y hace crecer en nosotros. Por eso nosotros nos rendimos al Espíritu, no nos rendimos al mundo, sino que continuamos hablando de paz a quien quiere la cruzada; a hablar de perdón a quien siembra venganza; a hablar de acogida y solidaridad a quien cierra las puertas y levanta barreras; a hablar de vida a quien elige la muerte; a hablar de respeto a quien le gusta humillar, insultar y descartar; a hablar de fidelidad a quien rechaza todo oracion al señor de los milagros vínculo y confunde la albedrío con un individualismo superficial, opaco y vacío.